Los niños, sus miradas, sus sonrisas, aportan vitalidad y energía allá dónde están y a quiénes rodean. Dicen que son los responsables de las mayores alegrías, pero también, de las mayores preocupaciones.
Desde el nacimiento estamos en constante cambio y crecimiento. Cualquier cambio o alteración en este proceso puede repercutir en su evolución. La presencia de problemas médicos, lesiones o otras causas pueden repercutir en el desarrollo infantil. Hay veces, en que simplemente observamos dificultades en la adquisición de los aprendizajes sin una causa aparente.
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